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Cuando nos surge un problema tendemos a quejarnos, ya sea trasladando el problema a otras personas o quejándonos de la situación.
Cuando optamos por la queja como solución ciertas capacidades cognitivas disminuyen, y la capacidad de adaptarse a nuevos acontecimientos se pierde. Para afrontar esta circunstancia de estrés mental te voy a dar dos trucos:
- Corta la queja continua, esa queja tóxica e improductiva no lleva a ninguna solución, procurando que tus quejas sean constructivas.
- Busca la parte positiva de la situación y convierte la queja en algo beneficioso.
Si tienes personas a tu cargo que acuden a ti con quejas o problemas, permíteles que te las trasladen sólo si vienen con una posible solución, tú decides si es válida o si hay que adaptarla. Verás como cambia el clima de trabajo.