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Profesionalmente cuando iniciamos un negocio entramos en una vorágine de acciones necesarias para que la empresa sea rentable que en muchas ocasiones nos olvidamos de qué nos motivó su creación, y por su puesto una de ellas es el generar una economía alrededor del negocio que nos permita vivir cuanto menos “dignamente”.
En este y el próximo tip te propongo unas preguntas con las que hacerte reflexionar y por qué no cuestionar si el modelo de gestión, el equipo, las tareas que desempeñas o los objetivos logrados hasta el momento cumplen con tus expectativas.
- ¿Cuál es la tarea en tu empresa que más te pesa realizar? ¿Y cuál es la que más te satisface?
- ¿Prefieres ahorrar dinero en aspectos como el mobiliario o la decoración y comprar lo únicamente indispensable, o en cambio buscas detalles y te propones acciones que le den a tu negocio un aire de prestigio y sofisticación?
- ¿Cómo es la relación que mantienes con tu equipo de trabajo? ¿Te implicas en cuestiones que ellos tienen que desempeñar?
- ¿Cómo es la relación que mantienes con las personas del sector?
- ¿Cuáles son para ti gastos inútiles y cuáles son inversiones en tu negocio? ¿Qué parte del volumen de ingresos que tienes anualmente dedicas a acciones de publicidad? ¿y a acciones sociales?
- ¿Sabes cuánto dinero necesitas tener en la cuenta corriente para sentirte seguro/a?
- ¿Qué medidas de emergencia tomarías si supieras que tu empresa va a ir inevitablemente a la quiebra en un plazo corto?
- ¿Qué rasgos valoras más en las personas? ¿los componentes de tu equipo lo cumplen?
Siempre se está a tiempo de dar un giro en algunos aspectos de tu negocio para lograr lo que siempre te propusiste, y si estás en el camino de tus expectativas, ¡enhorabuena! Significa que estás haciendo un buen trabajo.