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Cuentan que un explorador del ártico estaba escrutando el enorme desierto helado para situarse, cuando de repente se fijó en su guía nativo Inuit. El hombre estaba tiritando violentamente.
─ ¿Frío?─, preguntó el explorador.
─ No─, replicó su compañero.
El explorador volvió a su brújula y siguió calculando su posición. Un momento más tarde se volvió a percatar de que su amigo estaba titiritando de una manera descontrolada.
─ ¿Frío?─, repitió.
─ En absoluto─, respondió el hombre tranquilamente.
El hombre le miró y volvió a preguntar.
─ ¿Entonces por qué tiritas?
Su guía le respondió mientras le miraba extrañado y con los ojos encogidos.
─ Para no tener frío.
Este cuento nos muestra cómo a veces hacemos uso del humor. La vida está llena de momentos muy estresantes, y lo mejor que podemos hacer es responder de una manera productiva. En el caso del frío, la respuesta más productiva que nuestro cuerpo puede ofrecer es crear su propio calor interno y se consigue tiritando. Irónicamente, desde fuera parece que tenemos frío, pero en realidad nos estamos calentando.
Con el humor conseguimos reducir la gravedad de los problemas, y es por eso que trabajar esta habilidad es un acierto por parte de cualquier empresario/a.